¿Qué es el filosofar para Epicuro? Solo nos advierte que es para la salud del alma. Y uno de los significados del alma es el principio de la sensibilidad (Abbagnano, 2007, p 46.). La sensibilidad es muy importante en Epicuro, porque es ahí donde se fundamenta su Ética, porque todo bien y todo mal residen en la sensación (Epicuro, 2000, p 60.). Como materialista que es Epicuro, considera que el bien y el mal interactúan en afecciones materiales, de esas afecciones nos damos cuenta lo que es bueno o malo para nosotros. El bien es el placer y el mal el dolor. ¿Pero qué entiende Epicuro por dolor y por placer? Para él ambos están relacionados, lo uno suprime lo otro, el bien que es el placer, es la supresión del mal, que es el dolor. ¿Pero a que placer acude Epicuro? No es lo que entendemos en el lenguaje cotidiano, sino al placer que trasciende la intensidad y duración de lo sensual, entonces el placer por excelencia es la supresión del dolor, esto debería proveer una vida plenamente tranquila, eso sería el verdadero placer. Al dolor que hace referencia Epicuro es el más punzante de todos, y está estrechamente cercano a los sentimientos, es el temor, pero no cualquier temor, sino al que más tememos, a la muerte. ¿Qué relación hay entre sensación y sentimiento?, ya que cuando tenemos la sensación de que vamos a morir inmediatamente se nos presenta el sentimiento del temor, Los sentimientos de placer y dolor, que constituyen el criterio último de la Ética; y la sensación; son formas de expresión física (Armstrong, 1966, p 217) . Al ser expresiones físicas – materiales que vienen del sistema atomista de Demócrito, que Epicuro modifico cuidadosamente para adecuarlo a su doctrina que no busca sufrir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma (Epicuro, 2000, p 64.), vemos que lo que determina lo Ético es la interacción de pequeñas partículas indivisibles que no podemos ver, tocar y que están en permanente movimiento y afectan nuestras sensaciones, y a partir de esas afecciones actuamos bien o mal.
Por lo tanto hay que aprehender a vivir bien, y una de los estereotipos a seguir son las características generales de los dioses (Dios o Divinidad) ya que en ellos no está el temor a la muerte que es el reloj de arena de los mortales, ni mucho menos la corrupción, si contamos con estas características según Epicuro tendremos una vida plena y feliz. Pero al llevar una vida así, sin temor a la muerte ni ser corruptos, por consiguiente llevaríamos una vida feliz, y no codiciaríamos más de lo que es necesario para vivir, es contrario al modo de vida que se lleva en las relaciones intersubjetivas de la sociedad, ya que el común (el vulgo) quiere más de lo que necesita, es antojoso. En la actualidad la publicidad es la que determina que es lo necesario para vivir. Aparte de tomar como ejemplo las características de los dioses, para una vida feliz, hay que ser prudente, y ¿a qué nos lleva ser prudente en una sociedad donde el común (el vulgo) tiende a no medir lo que consume o dice? A una vida que evite la posibilidad de los daños que conlleva una vida de excesos y expuesta a la suerte o al destino incierto e incluso a la voluntad de los dioses. Y una vida sin daños es una plena posibilidad de una vida feliz.
El sabio el prudente y el filósofo desde sus diminutas particularidades son lo mismo, ninguno le debería temer a la muerte si pone en práctica los principios epicureístas, ya que cuando llega la muerte no estaremos vivos, y si eliminamos la corrupción de nuestro hacer habrá una mejor ciudad y campo. Pero en la mayoría de los casos no son así, y la historia nos ha enseñado que tanto el epicureísmo que era un grupo exclusivo de refinados quietistas (Armstrong, 1966, p 214). Y la filosofía en general no es para todos, pero si piensa por todos. Y que a pesar de que vamos o somos extraños al común, debemos poner en práctica lo tanto que meditamos en los libros o en las clases.
Referencia consultada:
• Armstrong, A. H. (1966). Introducción a la Filosofía Antigua. Buenos Aires: EUDEBA.
• Epicuro. (2000). Epicuro a Meneceo, Salud. En Epístola a Meneceo (pp.59-66).Madrid: Debate.
• Abbagnano. (2007). Diccionario de Filosofía. México: Fondo de Cultura Económica.
Abdiel A. Rodriguez