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domingo, 27 de marzo de 2011

La nueva historia.



Se crea una nueva historia, la están creando los medios de comunicación. En esta historia, lo real se vuelve ficción y la ficción se apodera de las mentes de todos los que en Panamá vivimos. Se crea un nuevo imaginario colectivo en torno a nosotros mismos, de la manera como hasta ahora nos hemos visto.

Las anteriores palabras se desprenden de un hecho, y es que en el último año se ha querido levantar la imagen de dos personas, que a la luz de esta nueva historia, son los “padres de la democracia”, los padres del momento en que vivimos, estos son los difuntos Guillermo “pichulo” Endara y Billy “gallo ronco” Ford. Estos han sido llamados “grandes ciudadanos”, “ciudadanos ejemplares” y que se yo mas, inmerecidos, halagos. Este esfuerzo por levantar nuevos lideres históricos es llevado a cabo por el gran mal de este siglo, los medios de comunicación.

En las ultimas dos décadas (de democracia), estos últimos han incrementado sus credibilidad, convirtiéndose en un canal de mediación entre gobierno y gobernados, lugar donde se dirimen posibles conflictos sociales, sitio de protesta, medio favorito de educación y diversión de personas de todas las edades, entre otros roles. Es decir, los medios de comunicación poseen, hoy en día, un sitial muy importante en la vida de los panameños, citando a un periodista de un canal de televisión muy visto en Panamá, los medios de comunicaron son “el garante de la existencia de un balance de poder”. Hoy, si quieres ser de dominio publico, debes aparecer en los medios de comunicación.

Volviendo al punto central de este “review” (para utilizar el lenguaje moderno de los medios de comunicación), sobre la nueva historia, podríamos decir que es una visión parcial, cargada de intereses ocultos, sobre nosotros mismos. Podría preguntárseme, ¿Por qué dices esto?, respondería con el ejemplo del auge que han tomado las dos figuritas antes mencionada, pues cuando los medios de comunicación dicen que estos son los padres de la democracia, los que dieron a luz un nuevo periodo histórico de gran libertad y bondad, se vela del imaginario colectivo un hecho tan desastroso como lo fue la invasión a Panamá por los Estados Unidos. Simplemente vivimos en un periodo luminoso y como dijo Ricardo Martinelli, “hay que olvidar el pasado oscuro”. Pero, ¿Que nos hace pensar que vivimos en un mejor periodo histórico?, que progresamos, que vamos bien, pues, en mi modo de verlo, seguimos caminando con los mismos problemas de siempre, corrupción, autoritarismo, mala distribución de la riqueza (que es una nueva forma de llamarle a la pobreza), desempleo, delincuencia y demás compadres.

Alentar y aupar esta nueva visión de nuestra historia, es seguirle el juego a la sistemática aniquilación de la voluntad de pelear de este pueblo, a la capacidad de rebelarse contra la opresión. Al decir que la actuación de Endara y Ford ha sido intachable, desprendida, al decretar días de duelo y reflexión nacional, al decir que las futuras generaciones deben seguir su ejemplo, estamos haciendo que el hecho de haber pedido la invasión a Panamá, se convierta en un error perdonable, que cualquiera puede cometer , error que, incluso, se puede celebrar. Pero el hecho de ser participe de la invasión no es solo es un error, es un crimen, pues se perdieron miles de vidas humanas, vidas de panameños y a partir allí, comenzó una campaña en pro de diezmar la voluntad de pelea de este pueblo, ¿Existe un crimen mas grande que este?, es atentar contra tu país, entonces, ¿Por qué los llaman patriotas?

Si nuestros nuevos lideres históricos son criminales, ¿Por qué hay que ensalzarlos?, ¿Qué intereses hay detrás de esto? Lo ultimo no lo se, pero si se quien ejecuta estos intereses, los medios de comunicación, también se que estos intereses son mezquinos, pues lo que buscan beneficia a unos pocos, pues esta nueva visión de la historia, no le sienta nada bien al olvidadizo y poco esforzado pueblo panameño.

Como nos dice Bertrand Russell el estudio de la historia no solo es importante para la adquisición de la ciudadanía de cualquier hombre, además “es indispensable para tener conciencia de nuestra situación, y para emanciparnos de las circunstancias accidentales de nuestra educación”. Tomando en consideración esto, como puede una visión que falsea lo que ocurrió, crear ciudadanía, como podremos ser concientes de nuestra situación y tener la capacidad de emanciparnos si somos educados en una visión de nuestra historia preñada de ficción, preñada de ideas escogidas al azar y publicadas por doquier. Abramos oídos y ojos, pues podemos ser objeto de una estafa, una de tantas.



FERNANDO VASQUEZ

viernes, 4 de marzo de 2011

El panameño.

El siguiente escrito es una mera opinión, pero, toda opinión surge de algo o se forma a partir de algo, esta, mi opinión, se forma a partir de algunas lecturas hechas sobre la personalidad del panameño y la observación cotidiana de la conducta de el panameño. Las características que resaltaremos en este escrito, no son características “positivas”, pues estas forman parte del lado mas desfavorable del panameño, pero, son estas características “negativas” las que han contribuido a su desarrollo histórico, las únicas que dan explicación de lo que acontece en este país llamado Panamá, incluso me atrevo a decir que el panameño reconoce estas características, ya que él mismo, tiene una imagen negativa de si mismo.

Así es pues, la primera de estas características es su individualismo, pues el panameño piensa y obra con independencia de los demás, porque no le interesan los demás, cuando mucho, obra por el bien de su familia, no le interesa el bien común, ni el derecho de los otros, a el solo le importa “resolver” o “jugar vivo”. Ejemplo de esto, es el panameño frente a una fila de personas, este “busca un cole”, que lo ponga en un sitial mas privilegiado que el que merece, perjudicando con esto al resto de las personas, solo le importa si mismo.

Sumado a lo anterior, podemos mencionar la segunda característica, su pasividad. No solo actúa buscando el beneficio propio, además, no se organiza, ni hace planes correspondientes a los objetivos que persigue, esperando pacientemente resultados, no planifica, he allí su pasividad. Aunado a lo anterior, el panameño, aunque no planifique, quiere, desea que las cosas que pretende, lleguen sin tardanza, es inmediatista. En síntesis, el panameño solo se esfuerza para su propio bienestar, aunque no se organiza para obtener este bienestar, quiere conseguirlo inmediatamente. Esto nos explicaría la importancia que tiene para el panameño la lotería, ya que, con lo que paga, busca resolver sus problemas con el mínimo esfuerzo, no le importa su función de beneficencia, de hacer el bien a los demás.

Imaginemos a este espécimen, llamado panameño, que desea, quiere, aspira, que no hace nada para obtener lo que desea y además no se le presenta una oportunidad para resolver sus problemas materiales, viéndose privado de lo que esperaba, en una palabra, frustrado, Panamá, es tierra de frustrados, que descargan sus frustraciones desestimando, faltando al aprecio de las cosas que los otros hacen, faltos de confianza en lo que se puede hacer como colectivo, convirtiéndose en francotiradores de si mismos, suicidas, con complejos de inferioridad o superioridad.

Tomando en consideración las características anteriores, podemos dar cuenta de una actitud muy recurrente en el panameño, y es la de buscar en modelos importados una receta que resuelva todos sus problemas. Ilustra lo dicho, el hecho de que los actuales cambios en nuestro sistema educativo, que reducen o elimina (en algunos casos), las asignaturas de filosofía y lógica, son producto de “recomendaciones” de organismos internacionales, es decir, no se proponen cambios producto de la reflexión sobre lo que necesita Panamá, para tener mejores índices de desarrollo humano, resulta mas fácil utilizar modelos importados. Parece que al panameño no le viene dado pensar, por lo difícil, tedioso y lo poco provechoso que puede resultar este acto, esto explicaría porque el panameño va a la Universidad por un “titulo”, frase que hecha por tierra los conocimientos y el esfuerzo intelectual que ameritan el estudiar una carrera universitaria. Para el panameño, el estudiar carreras de corte teórico como filosofía y lógica es una opción muy complicada, prefiere tomar carreras técnicas para resolver, o hacerse de lo ajeno, actitud muy correspondiente con su inmediatismo.

Lo peor de esto, es que se institucionaliza esta tendencia de conducta en el panameño, abriendo universidades a granel, en las que solo por pagar obtienes lo que buscas, el “titulo”, sin importar si la información y el conocimiento que recibes te procuran una vida feliz. El panameño es un ser dirigido a la concreción de sus objetivos, a como de lugar, tiene una personalidad pragmática, dirigida a lo concreto, es por esto, que al pensar en la filosofía, la ve tan distante de sus aspiraciones y al que practica la filosofía, se le mira cual muerto de hambre, hippie, bohemio, nerd, bufón y hasta mago. Al panameño le desagrada escuchar las voces de su mala conciencia, las voces de la filosofía.

En síntesis, la filosofía no es importante en este país, porque es incompatible con el conjunto de valores que conforman su personalidad básica, se podría decir que Panamá no ha pensado, porque le esta vedado, no le halla ningún valor, el panameño no llega a los niveles de abstracción que requiere la filosofía, no puede pensar en los demás, no se prepara para el futuro, pues no existe el futuro para el panameño, pues esta frustrado, es infeliz.


FERNANDO VÁSQUEZ.