El siguiente escrito es una mera opinión, pero, toda opinión surge de algo o se forma a partir de algo, esta, mi opinión, se forma a partir de algunas lecturas hechas sobre la personalidad del panameño y la observación cotidiana de la conducta de el panameño. Las características que resaltaremos en este escrito, no son características “positivas”, pues estas forman parte del lado mas desfavorable del panameño, pero, son estas características “negativas” las que han contribuido a su desarrollo histórico, las únicas que dan explicación de lo que acontece en este país llamado Panamá, incluso me atrevo a decir que el panameño reconoce estas características, ya que él mismo, tiene una imagen negativa de si mismo.
Así es pues, la primera de estas características es su individualismo, pues el panameño piensa y obra con independencia de los demás, porque no le interesan los demás, cuando mucho, obra por el bien de su familia, no le interesa el bien común, ni el derecho de los otros, a el solo le importa “resolver” o “jugar vivo”. Ejemplo de esto, es el panameño frente a una fila de personas, este “busca un cole”, que lo ponga en un sitial mas privilegiado que el que merece, perjudicando con esto al resto de las personas, solo le importa si mismo.
Sumado a lo anterior, podemos mencionar la segunda característica, su pasividad. No solo actúa buscando el beneficio propio, además, no se organiza, ni hace planes correspondientes a los objetivos que persigue, esperando pacientemente resultados, no planifica, he allí su pasividad. Aunado a lo anterior, el panameño, aunque no planifique, quiere, desea que las cosas que pretende, lleguen sin tardanza, es inmediatista. En síntesis, el panameño solo se esfuerza para su propio bienestar, aunque no se organiza para obtener este bienestar, quiere conseguirlo inmediatamente. Esto nos explicaría la importancia que tiene para el panameño la lotería, ya que, con lo que paga, busca resolver sus problemas con el mínimo esfuerzo, no le importa su función de beneficencia, de hacer el bien a los demás.
Imaginemos a este espécimen, llamado panameño, que desea, quiere, aspira, que no hace nada para obtener lo que desea y además no se le presenta una oportunidad para resolver sus problemas materiales, viéndose privado de lo que esperaba, en una palabra, frustrado, Panamá, es tierra de frustrados, que descargan sus frustraciones desestimando, faltando al aprecio de las cosas que los otros hacen, faltos de confianza en lo que se puede hacer como colectivo, convirtiéndose en francotiradores de si mismos, suicidas, con complejos de inferioridad o superioridad.
Tomando en consideración las características anteriores, podemos dar cuenta de una actitud muy recurrente en el panameño, y es la de buscar en modelos importados una receta que resuelva todos sus problemas. Ilustra lo dicho, el hecho de que los actuales cambios en nuestro sistema educativo, que reducen o elimina (en algunos casos), las asignaturas de filosofía y lógica, son producto de “recomendaciones” de organismos internacionales, es decir, no se proponen cambios producto de la reflexión sobre lo que necesita Panamá, para tener mejores índices de desarrollo humano, resulta mas fácil utilizar modelos importados. Parece que al panameño no le viene dado pensar, por lo difícil, tedioso y lo poco provechoso que puede resultar este acto, esto explicaría porque el panameño va a la Universidad por un “titulo”, frase que hecha por tierra los conocimientos y el esfuerzo intelectual que ameritan el estudiar una carrera universitaria. Para el panameño, el estudiar carreras de corte teórico como filosofía y lógica es una opción muy complicada, prefiere tomar carreras técnicas para resolver, o hacerse de lo ajeno, actitud muy correspondiente con su inmediatismo.
Lo peor de esto, es que se institucionaliza esta tendencia de conducta en el panameño, abriendo universidades a granel, en las que solo por pagar obtienes lo que buscas, el “titulo”, sin importar si la información y el conocimiento que recibes te procuran una vida feliz. El panameño es un ser dirigido a la concreción de sus objetivos, a como de lugar, tiene una personalidad pragmática, dirigida a lo concreto, es por esto, que al pensar en la filosofía, la ve tan distante de sus aspiraciones y al que practica la filosofía, se le mira cual muerto de hambre, hippie, bohemio, nerd, bufón y hasta mago. Al panameño le desagrada escuchar las voces de su mala conciencia, las voces de la filosofía.
En síntesis, la filosofía no es importante en este país, porque es incompatible con el conjunto de valores que conforman su personalidad básica, se podría decir que Panamá no ha pensado, porque le esta vedado, no le halla ningún valor, el panameño no llega a los niveles de abstracción que requiere la filosofía, no puede pensar en los demás, no se prepara para el futuro, pues no existe el futuro para el panameño, pues esta frustrado, es infeliz.
FERNANDO VÁSQUEZ.
Tal vez filosóficamente este articulo habra el compas para una discusión. Siempre y cuando empiece el debate de los que comenten el artículo y puedan aportar a la cuestión, pero como lo que conocemos por panameños no le interesan estas cuestiones puede que esto quede aquí, sin embargo quería hacer algunos comentarios con respecto a tu concepción de lo panameño. Dejándote ver que la mayoría de los señalamientos que haces también los comparto.
ResponderEliminarPero no puedo decir que lo que estoy diciendo es mi simple opinión, porque así mismo que yo digo que es mi opinión o una opinión, otros invisibles también pueden dar su opinión y tal vez no sepan de qué rayos estén hablando, y así sucesivamente se crea un millón de opiniones y caemos en un relativismo interminable y a nada llegaremos.
Mi tesis es que la empresa de lo panameño se tiene que hacer, analizar, reformular e investigar, y no digo que yo la voy hacer, sino como señalas en forma negativa que los panameños no se organizan yo lo paso a positivo y digo que hay que organizarnos, y emprender la búsqueda de lo panameño.
En el lenguaje cotidiano asociamos que es el panameño por su diversidad de estupideces. Pero panameño como concepto no está definido.
Y eso trae consigo un problema de identidad, que se tiene que resolver en el ámbito moral, en la filosofía política, porque no me puedo valorar por qué no sé quién soy, pero los que tratamos de saber quiénes somos tenemos una pre – noción de que es lo que es negativo , mediocre en lo panameño. Y de ahí partimos o mejor dicho parto a reformular analizar e investigar desde la pre - noción de lo panameño a la esencia por descubrir de lo panameño.
Creo que la investigacion sobre nosotros mismos, hay que emprenderla tomando en consideracion los aportes que nos ofrece la psicologia, de lo contrario armariamos un discurso carente de infomacion valiosa, cayendo en la mas esteril especulacion. Lo otro seria pensar, frente a que nos podemos definir, es decir, en relacion a que o quienes. Saludos Abdiel.
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