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viernes, 10 de febrero de 2012

Poemas I

En este nuevo espacio del universo el patam!, les ofreceremos entregas mensuales de poemas, preferiblemente de poemas que nunca pierden su actualidad, es decir;  poemas que no pierden vigencia puesto que presentan sempiternos problemas humanos.
En esta primera entrega hemos elegido a dos poemas de la antigüedad. La importancia del primero es que trata un problema que no tiene una solución única, mucho menos, satisfactoria, el problema de la relación del hombre con Dios y el segundo, trata de ese carácter del hombre que le es difícil aceptar, la capacidad de hacer el mal, capacidad que se manifiesta con más frecuencia de lo que estamos dispuestos a reconocer. Los autores de estos poemas son Ennio y Lucilio, respectivamente. Ambos son romanos.

 Primero.
Siempre he dicho – y diré- que existe
un linaje de dioses en el cielo,
pero no creo que se preocupen
de lo que hace el linaje humano.
De preocuparse, les iría bien a los buenos
y mal a los malos, cosa que no sucede.


Segundo.
Desde la mañana a la noche, tanto en día
festivo como de trabajo, todos – la plebe
y los patricios- se agitan bulliciosos
en el foro y no salen de él. Y todos, todos
se encuentran entregados a un solo afán,
a un único arte: estafarse hábilmente,
luchar mediante engaños, hacerse trampas,
adular y fingirse tontos, simular buena fe,
quebrantar la palabra dada, traicionar al amante,
como si todos fuesen enemigos de todos.



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